Clausura de la investigación diocesana
El sábado 11 de marzo de 2023 en la iglesia parroquial de Santa María Asunta de Petradefusi (Avellino) el Arzobispo de Benevento, Mons. Felice Acrocca, presidió la última sesión de la Investigación diocesana sobre la vida, virtudes y fama de santidad y signos del Padre Ludovico Acernese de Pietradefusi (1835-1916), sacerdote profeso de la Provincia de los capuchinos de Campania y Basilicata, Fundador de la Hermanas Franciscanas Inmaculatinas. Una iglesia llena de hermanas, frailes y devotos, no solo del pequeño pueblo de Pietradefusi, sino también de los pueblos cercanos, testimoniaron la memoria del bien realizado por el Siervo de Dios que está aún viva y presente.
El Siervo de Dios seguramente representa un modelo de vida religiosa y sacerdotal. A la predicación, típica de la tradición capuchina, une la imagen como instrumento de evangelización. Al mismo tiempo se empeñó en varias iniciativas en el campo social. La fundación de la Congregación de las hermanas Inmaculatinas que tenía como fin la educación de las niñas y las mujeres, era una gran iniciativa para restituirles la dignidad y la presencia activa en la sociedad. Promoviendo también la Tercera Orden Franciscana, el padre Ludovico, quería dar al laicado católico una mayor y activa presencia en la sociedad.
Antonio Acernese, que era el nombre de bautismo, nació en Petradefusi (AV) el 14 de abril de 1835. En 1848 entraba al Seminario diocesano de Benevento, dirigido por los Jesuitas, pero en 1852, por causa del levantamiento del Risorgimento italiano, deber retornar a la casa paterna. Terminados los estudios medios en 1855 se inscribe en Jurisprudencia, pero el 6 de junio de 1856 era admitido al noviciado de los Hermanos Menores Capuchinos de Pietradefusi. El 18 de junio de 1859 recibía la ordenación sacerdotal de manos del cardenal Sisto Riario Sforza.
Lector de Filosofía y Teología para los jóvenes hermanos capuchinos publicó obras de filosofía tomista y dejó otros preparados para la impresión. Con la supresión de las Órdenes religiosas debió abandonar el convento. El 3 de diciembre de 1866 fue nombrado Rector de la iglesia del convento capuchino de Montefusco obteniendo el derecho de permanecer allí solo como capellán (1867-1875), reuniendo luego junto a sí a otros capuchinos dispersos.
Comenzó a guiar espiritualmente a la joven terciaria Teresa Manganiello (1849-1876), proclamada Beata el 22 de mayo de 2010. Con ella comenzó la fundación de lo que será la Congregación de las Hermanas Franciscanas Inmaculatinas, nacidas oficialmente el 8 de diciembre de 1881.
Electo Ministro Provincial (1885-1888) de la Provincia de Nápoles de los Hermanos Menores Capuchinos, invitó a los Hermanos dispersos a retornar a los conventos y a retomar la “vida común”. Trabajó para reorganizar la formación de los jóvenes frailes y el apostolado típico de los capuchinos: la predicación y las confesiones.
Pero llegaron acusaciones infamantes sobre la dirección de la Congregación de las hermanas. Fue obligado a dejar el lugar en la fundación, Pietradefusi, y mudarse a Cava dei Terreni. Poco después, el 3 de julio de 1894, obtiene el permiso para ser incardinado en el clero de la arquidiócesis de Benevento. El padre Ludovico tenía 59 años, de lo cuales 38 transcurrieron en la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos.
En cuanto le fue posibles quiso retornar entre los Capuchinos apelando a los Superiores de la Provincia de Nápoles que lo readmitieron el 15 de diciembre de 1907. Desde entonces vivió en Pietradefusi como Superior del Hospicio por él fundado y director del Instituto de las Hermanas Franciscanas Inmaculatinas. Pasó los últimos años de su vida dedicado a escribir, estudiar y orar. Murió el 16 de febrero de 1916.