Hoy se inició el 85° Capítulo general

Roma (Colegio San Lorenzo de Brindis), 27 de agosto de 2018. ¡Por fin, el día del Capítulo ha llegado! Los 188 miembros del Capítulo, en representación de todas las circunscripciones de la Orden, y los 48 oficiales han llegado puntualmente y hoy, lunes, 27 de agosto a las 9:00, colman la grande y hermosa capilla del Colegio. Preside la solemne Concelebración fray Andrés Stanovnik, capuchino, Arzobispo de Corrientes, Argentina. En su homilía, el Obispo recordó a los capitulares "el eje central en torno al que debe moverse el corazón de los hermanos", que es, según lo escrito por San Francisco en la Regla no bulada, "tratar de las cosas que respectan a Dios", vale decir, aquellas que inspiran a los hermanos a "vivir en el mundo la vida evangélica en verdad, sencillez y alegría" (Const. 147, 2). Mons. Stanovnik para explicar mejor su pensamiento cita a san Buenaventura, que escribe así en su Itinerarium: "Debemos abandonar toda especulación intelectual y concentrar en Dios todas nuestras aspiraciones. Esto es algo misterioso y secreto, y sólo lo pueden conocer aquellos que lo reciben, y no lo reciben sino aquellos que lo desean, y no lo desean sino aquellos inflamados en su intimidad por el fuego del Espíritu Santo que Cristo envió en la tierra. Por ello, el Apóstol dice que esta sabiduría misteriosa es revelada por el Espíritu Santo”. Es así que todos estamos llamados a la adoración, a la contemplación y a la oración.

Finalmente, mons. Andrés recuerda que la clave de la renovación de nuestro modo de vida de hoy en la Iglesia y en el mundo es la misericordia: “Aquella misericordia que hemos experimentado cuando el Señor, como en su tiempo a Francisco de Asís, nos ha dado iniciar una vida de penitencia y luego, ser conducidos entre los leprosos a practicar la misericordia con ellos, no como una obligación sino como una deuda que nunca podremos pagar, porque nosotros mismos hemos sido alcanzado por la infinita misericordia del Padre. "

Al final de la homilía, el Obispo alentó a los capitulares a confiarse a la Virgen María, nuestra Madre y Abogada, a fin que obtenga para la Orden la gracia de tener un buen Ministro, que guíe a los hermanos con misericordia y sabiduría.

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• Eucaristía de apertura

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