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updated 2:45 PM UTC, May 12, 2025

Saludo Pascual del Ministro General

Queridos hermanos:

Un saludo a todos, en cualquier parte del mundo en la que se encuentren y en cualquier trabajo o ministerio en el cual se desempeñan. Todos los años tenemos la suerte de poder recorrer las etapas del cuidado de Dios por su pueblo, con toda la premura que tuvo el Señor, con toda la fidelidad que Dios ha demostrado, con todos los prodigios que obró con su pueblo. Todos los años hacemos el mismo camino y sin embargo cada año es nuevo. Cada año -si sólo nos detenemos a reflexionar un poco sobre lo que Dios hizo por su pueblo- quedamos siempre maravillados, ¡maravillados! Es realmente hermoso el cuidado que el Señor tiene con el hombre.

El acontecimiento más grande que conocemos de este cuidado del Señor, el ápice de esta historia de salvación es la encarnación, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, que celebramos en estos días, particularmente su pasión y resurrección, misterio central de la vida cristiana. Si nosotros consideramos esta historia, no la larga historia de la intervención de Dios con su pueblo, sino la historia de la intervención de Dios con cada uno de nosotros, las cosas son similares. Nosotros, que leemos cada día, que reflexionamos como Dios nos trata, cómo Dios tejió una historia con cada uno de nosotros, ni siquiera logramos recordar todos los beneficios que el Señor hace; los hace continuamente en nuestra vida. En el fondo, lo que somos, lo que vivimos, lo que anunciamos no es otra cosa que la historia de fidelidad del Señor con cada uno de nosotros. Esta historia no se detuvo con la resurrección del Señor, continúa en la vida de hoy: Dios con nosotros.

En estos meses tuve la ocasión visitar algunos lugares donde estamos presentes: Bielorrusia, Rumania, Albania, estuve en Lourdes para encontrarme con la fraternidad San Lorenzo, iniciamos la nueva fraternidad San Lorenzo en Holanda, pude visitar algunas casas de formación en el sur de Italia: de todas partes salí con una gran alegría interior, con una gran alegría interior al ver que el Señor está conduciendo la historia de cada uno de nosotros, de nuestra Orden, en situaciones muy variadas entre ellas, pero con signos de gran fidelidad por parte del Señor, que se expresan en el compromiso de los hermanos.

Estamos viviendo el año jubilar y el aniversario de los 800 años del Cántico de las Creaturas. Francisco expresa la capacidad de ver la mano del Señor en todo lo que sucede, en todo lo que hay a su alrededor. Este Señor continúa manifestándose en nuestra historia como un Dios vivo, como un Dios que acompaña la historia de cada uno de nosotros, como un Dios que da esperanza, siempre, siempre. Hay hermosos signos de esperanza también en nuestra Orden y continúa dándolos.

Quisiera desearles que puedan tener ojos para ver la obra de Dios hoy, entre nosotros, donde quiera que estemos, aún en las situaciones más difíciles que vivimos. Repito aquí mi saludo y atención por nuestros hermanos que viven en zona difíciles, dados los contextos sociales y políticos en el que están trabajando. Renuevo el mejor de los deseos y la admiración, por parte del Ministro General, y por parte de la Orden, por la obra de ustedes. Continúen con tanta fuerza y con la ayuda de Dios. Pero el Señor también se está expresando en tantos otros aspectos.

Deseo, pues, que todos tengan los ojos abiertos para ver cómo Dios nos está acompañando hoy. Si conseguimos hacer esto, encontraremos una energía inagotable, encontraremos esperanza y será un modo de celebrar la Pascua como verdadera resurrección para cada uno de nosotros.

Saludos hermanos, de corazón: ¡Felices Pascuas!

Modificado por última vez el Sábado, 19 Abril 2025 11:03

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