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Carta a los hermanos de Europa

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Carta a los hermanos de Europa

Roma 17 de diciembre de 2021.

Prot. N. 00907/21

A los Ministros Provinciales, Custodios y Delegados
Y a todos los Hermanos de Europa

Queridos Hermanos,

a mediados de octubre último pasado se desarrolló en Chestochowa el ya previsto encuentro europeo. Después de haber compartido impresiones y conclusiones con todo el Consejo, me parece bello ahora recogerlo todo para expresarles algunas consideraciones.

En la carta del inicio del sexenio ya se había anunciado la intención de proponer para toda Europa un programa de reflexiones y de animación, en vista de un encuentro que debería haber llevado a delinear un itinerario que el Señor nos pide para realizar juntos (cfr. Agradezcamos al Señor n. 53). El programa para la animación de Europa comenzaba a delinearse cuando fuimos alcanzados por la pandemia del Covid 19, que indudablemente creó algunas dificultades para proceder según el tiempo y la modalidad que nos habíamos propuesto. Sin embargo, después del transcurso de los meses iniciales de la pandemia, quisimos retomar el itinerario, buscando utilizar los instrumentos que teníamos a disposición. Es por eso que, con la contribución del Consejo y de las diversas oficinas de animación de la Curia, con mi Carta del 20 de noviembre de 2020, busqué delinear objetivos, método, instrumentos y contenidos para tomar en consideración para la preparación del encuentro. Se promovieron entonces diversos encuentros on-line con los Ministros, en las Conferencias, entre Formadores, entre hermanos jóvenes...

A pesar del esfuerzo realizado, no se debe ocultar que estuvimos juntos en proximidad al encuentro de Chestochowa con algunas preocupaciones, pues la preparación estaba necesariamente sujeta a diversas limitaciones. En particular me parecía que no se había conseguido involucrar plenamente a todos los hermanos. Pero esas limitaciones no lograron disuadirnos de proceder conforme, ¡y lo hicimos bien! Pienso que estarán contentas - ¡y siento que deben estar agradecidas de corazón! – las Comisiones que trabajaron en esos momentos difíciles, y permitieron un éxito tan feliz.

Por motivos de dificultades de salud, no me fue posible participar en persona del encuentro, pero estuve contento de poder seguir buena parte de los trabajos, a través de los medios.

1.    Una semana de gracia

Me gustaría sintetizar con esta expresión, que traigo a través de la contribución de un Consejero, la experiencia vivida en Chestochowa. Por lo que he visto y sentido, fue una semana de intenso trabajo y de confrontación serena, de contribuciones de reflexiones bien preparadas e importantes, en un clima de compartir y de fraternidad franciscana. Hubo diversos boletines Provinciales que ya informaron a los hermanos de todo lo que había sido vivido, y de todos emerge una suerte de satisfacción y de consciencia de la importancia del encuentro.

De mi parte, rescato que fue una semana sobre todo de gracia porque vi a los Ministros y a los hermanos contentos de poder encontrarse, de poder razonar juntos sobre las situaciones que estamos viviendo y de poder compartir fatigas, proyectos, esperanza y sueños... Retengo que fue una semana providencial sobre todo porque en dicha semana se alcanzó otro importante objetivo en el crecimiento de la consciencia de la responsabilidad común a la que estamos llamados como Orden en Europa, la problemática que debemos afrontar, de la necesidad de estar todos activos en la misma dirección.

2.    En la misma dirección

Las temáticas propuestas hicieron surgir preguntas que pueden inquietar, y ante las cuales es urgente en este punto dar respuestas concretas. Pero para que las respuestas sean adecuadas es necesario caminar juntos. El encuentro fue un momento para repensar las estructuras de la Orden en Europa, pero sobre todo para estimular a los Superiores para buscar juntos respuestas satisfactorias a los diversos desafíos. Me parece que resultó muy claro para todos que la colaboración fraterna entre Circunscripciones, ya sea en el ámbito de la Formación – inicial o permanente – como en todos los otros ámbitos de nuestra vida, es algo necesario, un importante modo concreto para responder eficazmente en esta parte del mundo. Así ocurre que en la colaboración no se pueden y no se deben dar pasos hacia atrás, ¡al contrario! Nos ayudamos todos, y correspondemos a la ‘llamada’ del Señor, si todos nos proponemos a recorrer con decisión este camino, en sus diversas formas posibles.

3.    Traducir en práctica

Tantos se preguntan qué decisiones se tomaron en Chestochowa. Pero el objetivo del encuentro no era aquel de tomar decisiones específicas. Por esto, creo que el mayor aporte del encuentro no se debe leer en la línea de las decisiones, sino en la línea del crecimiento en el compartir y en la consciencia de la dirección a la cual todos estamos llamados. Esto es el aspecto probablemente más rico del encuentro.

Pero también se necesita llegar a tomar decisiones. Por eso el camino continúa. En los primeros días de enero nos encontraremos en Roma con todos los Ministros de Europa del oeste y del sur, con la presencia de los Ministros cuyas Provincias envían candidatos a las casas formativas de Italia, con el objetivo de individualizar líneas más concretas, de actuar con diligencia y esperanza. Los argumentos para los cuales buscaremos soluciones operativas son naturalmente aquellos calendarizados en Chestochowa, sintetizados en mi carta del 22 de noviembre de 2020.

Organizaremos sucesivamente un encuentro similar para las Circunscripciones del Este de nuestra Europa, que presentan situaciones y problemática similares, pero no iguales.

¡Nos confiamos a la oración de todos para que el Espíritu sople con fuerza!

4.    Suscitar condiciones de disponibilidad

En verdad, en todos los modos posibles busqué estimular a los hermanos a abrirse a la enriquecedora aventura de las colaboraciones interprovinciales e internacionales, sean en las casas formativas, en las Fraternidades San Lorenzo, o en todos los otros ámbitos en los que nos piden presencia de Capuchinos que testimonian abiertamente el primado de la relación con Dios y la vida fraterna. Para que todo eso pueda traducirse en realidad, es necesario que quien tiene la responsabilidad obre con urgencia y decisión tomada que permitan de no estar demasiados condicionados por las estructuras. Los testimonios a través de video de hermanos jóvenes que se transmitieron en Chestochowa son elocuentísimos: ¡hay deseo y genuina disponibilidad de donarse, sea donde sea! Esto indudablemente adquiere valor en el deseo común de revitalizar nuestro carisma en Europa. Los Ministros por eso no pueden eludir el deber de poner las condiciones que permitan ‘andar’ al que se siente llamado ‘por el Señor’ (cfr. Agradezcamos al Señor n. 31).

5.    Adhesión de todos

En el trabajo común realizado en Chestochowa no faltaron las tantas contribuciones que los Ministros han querido enviarnos para que las colaboraciones ya en acto y aquellas que verán la luz en el futuro, las fraternidades formativas interprovinciales o interculturales existentes y aquellas que se deberán activar y las Fraternidades San Lorenzo puedan desarrollarse de manera adecuada en los próximos años. Las contribuciones son verdaderamente importantes y los atesoraremos de verdad. Pero no se debe olvidar que cuanto lleguemos a realizar dependerá en gran medida de la disponibilidad de todos: de las Circunscripciones para liberar a los frailes idóneos, y de los hermanos que se pongan en abierta y corajosa disponibilidad. Me gustaría retomar cuanto decía en mi carta del inicio del sexenio: “Naturalmente, para todas las iniciativas, pedimos la disponibilidad y el entusiasmo de los hermanos que deseen lanzarse un poco a la bella aventura. Dirijan su disponibilidad a los propios Ministros Provinciales y al Consejo General del área, quienes sabrán cómo coordinar todo y responder mejor, según los criterios que cada uno cultiva y las nuevas oportunidades de crecimiento y de testimonio que el Proyecto ofrece” (n. 34).

En realidad, las posibilidades de ‘colocarse a disposición’ son muchas y variadas: la posibilidad de compartir nuestra vida y valores en el mundo musulmán, o de confrontarse en el mundo ortodoxo, o testimoniar la vida fraterna en fraternidades interculturales, cada una con una fisonomía propia, o dedicarse en el ámbito formativo (¡el más fecundo de todos!), o...

¡No podemos tener miedo de acoger la invitación que el Señor continúa suscitando en el secreto de nuestras personas y de nuestra vocación!

La Orden en estos años verdaderamente ha abierto diversas posibilidades concretas. ¡Es un poco como abrir, a nivel de la Orden en Europa, el sendero al Señor que viene!

Se los repito en el saludo navideño, citando el texto rabínico “El Señor dijo a Israel: hijos míos ábranme un sendero de conversión, pequeño como el ojo de una aguja, y yo les abriré puertas por donde podrán pasar carrozas y vagones” (Shir HaShirim Rabbah 5:2), y lo repito a todos ahora: adelante con toda fuerza por los caminos que el Señor nos está indicando.

Después el Señor hará el resto, por nosotros, por cada uno, por todos.

Les deseo, entonces, de nuevo: el Señor les sea siempre cercano y les llene con su vida y con su luz.

Fr. Roberto Genuin    
Ministro General OFMCap

Modificado por última vez el Miércoles, 29 Diciembre 2021 00:25
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