Ordo Fratrum Minorum Capuccinorum ES

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updated 11:01 AM UTC, Apr 15, 2024

Papa en Asís

El mundo necesita el perdón, demasiadas personas viven encerradas en el rencor e incuban el odio, denunció el Papa en Asís

Desde la Porciúncula, la fuente misma de perdón que hace 800 años Francisco de Asís abrió con la “Perdonanza de Asís”, el Papa proclamó el 4 de agosto de 2016: “Nuestro Padre se apiada siempre cuando estamos arrepentidos… El perdón de Dios no conoce límites; va más allá de nuestra imaginación y alcanza a quien reconoce, en el íntimo del corazón, haberse equivocado y quiere volver a Él”.

Francisco Papa dijo esto con los pies en la tierra, afirmó que resulta muy difícil perdonar al hermano que nos hace una injusticia. Aquí está desgraciadamente “todo el drama de las relaciones humanas”, porque todos exigimos justicia.

El Papa -antes de sentarse en el confesionario de la Porciúncula para dar el perdón de Dios, como un buen cura-, dijo que “Jesús nos enseña a perdonar, y a hacerlo sin límites”. Y recordando a san Francisco y su Perdonanza, concluyó rotundamente que “en este Año Santo de la Misericordia, es todavía más evidente cómo el camino del perdón puede renovar verdaderamente la Iglesia y el mundo” y pidió a todos ofrecer el testimonio de la misericordia en el mundo de hoy, como una que ninguno de nosotros puede rehuir, porque “el mundo necesita el perdón; demasiadas personas viven encerradas en el rencor e incuban el odio, porque, incapaces de perdonar, arruinan su propia vida y la de los demás, en lugar de encontrar la alegría de la serenidad y de la paz”.

¡Perdonar siempre!, reiteró el Papa Francisco, en Asís

«Si perdonamos, el Señor nos perdona»

«Que levante la mano el que no tiene necesidad perdón», dijo el Papa Francisco, al concluir su visita a la Porciúncula. Con su saludo agradecido, por la cercanía y acogida que recibió, improvisó unas palabras, dirigiéndose a miles de fieles que lo esperaban ante la Basílica de Santa María de los Ángeles:

«Les agradezco mucho por su acogida y le pido al Señor que los bendiga. Les agradezco por su voluntad de estar cerca. Y no se olviden: ¡Siempre perdonar, siempre! Perdonar de corazón y, si se puede,  cercarse al otro, pero perdonar. Porque, si nosotros perdonamos, el Señor nos perdona. Y todos nosotros tenemos necesidad de perdón… ¿Alguien aquí no tiene necesidad de perdón?... ¡Que levante la mano!... Todos tenemos necesidad de perdón.

Ahora, recémosle juntos a la Virgen y luego les daré la bendición.

Ave María…

¡Y, por favor, recen por mí!»

En Asís, el Obispo de Roma dejó también un recuerdo escrito en español, en el refectorio de los frailes franciscanos: «Bendigamos al Señor, porque es grande su misericordia. Gracias por vuestro testimonio y les pido, por favor, que recen por mí. Fraternalmente, Francisco»

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Modificado por última vez el Martes, 09 Agosto 2016 08:49