Ordo Fratrum Minorum Capuccinorum ES

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updated 9:58 AM UTC, Apr 24, 2024

Capítulo de las Esteras - Europa

  • Publicado en Eventos
  • Fecha
  • Lugar: Portugal, Fatima

HACIA FÁTIMA : ENCUENTRO DE LOS MINISTROS DE TODA EUROPA

Queridos hermanos ministros provinciales y custodios, os hemos convocado aquí en Fátima, porque queremos ver junto con vosotros cómo continuar viviendo responsable y gozosamente el carisma que nos ha dejado San Francisco a través de la reforma capuchina en el continente europeo. Soy consciente de que vosotros ya estáis haciendo mucho para renovar nuestro testimonio de vida y que lo estáis haciendo en condiciones siempre más difíciles a causa de la persistente falta de vocaciones, de la edad que avanza inexorable, de las casas que os veis obligados a dejar. Esta nuestra reunión deberá permitirnos dirigir una mirada conjunta sobre nuestro continente. Imagino que el hecho de encontraros juntos durante las reuniones de las conferencias, os permite ya intercambiar mucho de cómo estáis haciendo y sobre las perspectivas comunes; pero esta vez queremos fijarnos en el continente europeo y buscar juntos algunos caminos a seguir con el compromiso de todos.
Es necesario hacer esto porque, considerando el continente europeo desde el punto de nuestras presencias y de su capacidad de atraer y acompañar nuevas vocaciones a nuestra vida, nos demos cuenta de que todo se ha hecho mucho más difícil que en otro tiempo. Precisamente en nombre de una fraterna solidariedad entre nosotros y sabiendo que la reforma capuchina surgió en Europa hace poco menos de 500 años y que en este continente se difundió velozmente, hasta llegar a una consistencia numérica de más de 30'000 hermanos en el siglo 18, me parece justo encontrarnos juntos aquí en este lugar mariano y dialogar sobre nuestras preocupaciones, pero también - y no menos - de nuestros sueños y de cómo podemos realizarlos.
Deseo dirigir un saludo fraterno también a los presidentes de las varias conferencias de la Orden, en particular a los que llegan de más lejos. Vuestra presencia es preciosa, porque siendo miembros de una misma Orden es importante que todos tomemos conciencia de lo que nuestra Orden está viviendo en este momento, en una región suya específica como es el continente europeo y luego porque podéis servirnos de ayuda proponiendo soluciones para relanzar nuestra vida aquí en Europa. Gracias por haber venido y gracias por la contribución que dais.

CENOC y CIC

La vida de no pocas provincias europeas – me refiero en particular a las de la CENOC y de la CIC – ha estado marcado en los últimos decenios por el fatigoso proceso del redimensionamiento de nuestras presencias. Hemos cerrado y dejado lugares con más de 400 años de presencia y el proceso no da señales de detenerse. La falta endémica de nuevas vocaciones – ésta dura ya más de varios decenios - ha traído un fuerte envejecimiento de nuestras filas. Se ha hecho muy difícil encontrar quien pueda desarrollar el cargo de guardián y llegan a faltar las fuerzas activas en la pastoral y otros campos. El compromiso creciente de garantizar a nuestros hermanos ancianos y enfermos lugares donde poder transcurrir serenos los años de la vejez y prestarles las curas necesarias ha exigido un esfuerzo notable y sabemos que continuará todavía por largo tiempo. La atención prestada a los hermanos ancianos y necesitados de curas representa ciertamente un aspecto bello y luminoso de nuestro testimonio. Por otra parte estamos prácticamente en imposibilidad de enviar nuevos hermanos a las misiones; al contrario, hemos comenzado a acoger hermanos provenientes de aquella parte de la Orden donde el número de vocaciones se halla en continuo crecimiento.

Desde el punto de vista numérico la CENOC en el año 2000 contaba con 1132 hermanos, mientras que hoy son todavía 855, con una disminución de 277 unidades. 5 provincias cuentan con una edad media por encima de los 70 años, hasta rozar los ochenta con el 79,27% de Holanda. Mientras la CIC ha pasado de 539 hermanos en 2000 a los 359 actuales, con una disminución igual a 180. La provincia de España cuenta con una edad media superior a los 70 años (73,60), mientras que la de Cataluña está muy cerca de ella (69,35).

CIMPCAP

Italia merece ser citada a parte, porque hay circunscripciones que continúan teniendo un discreto número de vocaciones y miran el futuro con confianza. Otras, por el contrario, experimentan la fatiga debida al envejecimiento y se hallan de frente al no fácil proceso del redimensionamiento. Para algunas se puede afirmar que son totalmente comparables con cuanto están viviendo los hermanos de las dos conferencias mencionadas arriba. En Italia están en activo procesos de colaboración entre varios grupos de provincias sea en el plan de la formación inicial sea en el de la permanente. Ellos son muy prometedores porque permiten a los jóvenes que abrazan nuestra vida completar el camino formativo en compañía de otros jóvenes y tener un grupo de formadores bien preparados. Además en el ámbito de la formación permanente los hermanos disponen de una gama muy vasta de propuestas para nutrir y enriquecer su vida de consagrados. Estoy seguro de que de estas colaboraciones nacerán con el tiempo también nuevas formas de agregación entre las provincias de la península.

Desde el punto de vista numérico, sin contar a los miembros de las custodias provinciales en África, la CIMPCAP en el año 2000 contaba con 2607 hermanos y ahora son 2027, con una disminución igual a 580. La mayor parte de las provincias italianas tienen una edad media que supera los 60 años, 4 de ellas tienen una edad media entre los 50 y los 60 años.

CECOC

El cuadro que he tratado de diseñar hasta a este momento no nos tañe a todos de la misma manera. Los países de la Europa centro oriental gozan de una situación que continúa siendo confortable y rica en promesas. Las dos provincias polacas, en particular, han salido al encuentro de las necesidades de algunas provincias europeas y continúan sosteniendo el trabajo misionero en Gabon y en Ciad y R.C.A. El número de los hermanos, desde el principio del siglo hasta hoy, ha permanecido casi constante. No se asiste ya, sin embargo, a un crecimiento numérico fuerte. Seréis vosotros hermanos de la CECOC los que nos digáis cómo van las cosas dentro de vuestra conferencia, que nos habléis de los gozos y de las fatigas, que providencialmente acompañan todo camino.

Los hermanos de la CECOC en el 2000 eran 783, mientras que hoy son 759, con una disminución igual 24. La provincia con la edad media más alta es la Eslovenia con 56,7, mientras la más joven e Rumania con 34.89.

Destinados a desaparecer?

Para un buen número de provincias, siempre que la tendencia permaneciera la que conocemos desde años, y no me parece que haya señales de un cambio en el horizonte, la perspectiva a término medio es la desaparición. No creo que sea éste el momento de dejar caer los brazos y de resignarse ante un lento, pero irreversible proceso de muerte. Estamos llamados a considerar todo esto con sano realismo pero no menos con ojos nuevos, con ojos de fe. El Señor nos ha llamado a vivir nuestra consagración en este lapso de tiempo, al fin del segundo milenio y al inicio del tercero. Lo cual significa que estamos llamados a testimoniar nuestro carisma hoy, y por lo mismo a hacer a todos partícipes de nuestro don. No se trata, por tanto, de querer invertir la tendencia, porque esto querría decir que nostálgicamente queremos volver a sere numerosos e influyentes como lo éramos en un tiempo. A la vuelta de los últimos cincuenta años nuestras sociedades y la vida misma de las iglesias locales ha cambiado radicalmente. Hemos entrado en la época de la postmodernidad y del digital y estamos saliendo definitivamente de lo se llama comúnmente el "régimen de cristiandad". Ya en el lejano 1969, Papa Benedetto XVI, afirmaba que la Iglesia habría vivido una crisis profunda, que la abría llevado a ser talmente pequeña de no estar más en condiciones de habitar en los edificios que ha construido en tiempos de prosperidad. Además, con la disminución de sus fieles habría perdido también gran parte de los privilegios sociales. La clausura de tantas Iglesias y la búsqueda de nuevos destinos para las mismas es un hecho que preocupa a muchos obispos europeos. El mismo fenómeno lo he constatado presente dramáticamente también en Québec.

Una religión sin Dios

El fenómeno de la secularización ciertamente no ha hacho desaparecer la religiosidad y la búsqueda espiritual en gran parte de la población, sólo que estas orientan su búsqueda hacia otros horizontes que no sean los propuestos por nuestras iglesias. Está tomando pie la convicción de que la religión puede muy bien prescindir de Dios, más aun, de que la religiosidad es más profunda que Dios. Es cuanto teoriza el filósofo americano Ronald Dworkin en su libro, Religion without God (2013) . En este caso es el sentimiento religioso el que prevalece sobre todo y no existen parámetros objetivos que se remontan a una tradición plurisecular que tiene su origen en una revelación. Jesús sigue siendo un sujeto interesante y en algunos aspectos también genial, pero no la Palabra por excelencia, la piedra angular de todo lo que ha sido trasmitido. En este caso la buena noticia consiste en proclamar que el ateismo es fuente de libertad y te permite finalmente ver y gozar de toda la belleza de la vida. Estamos bastante más allá del slogan en voga hace algunos años: "Cristo sí, iglesia no!". Hoy el va decididamente hacia la afirmación: "Religión sí, Dios no!"

Un don para el pueblo de Dios

Pero lo que importa es sobre todo con qué actitud intentamos vivir este preciso momento. Seguimos creyendo que la vida consagrada, por tanto también la nuestra de capuchinos, es un don para el Pueblo de Dios en camino (Papa Francesco)! Debemos gritar al mundo que Dios nos ama, que la vida es bella y digna de ser vivida en plenitud, del principio al fin. No faltan ciertamente las dificultades, pero estas hacen parte integrante de la vida de todos. Nos hacen crecer, siempre que decidamos transformarlas en oportunidad. Por otra parte no podemos estar deprimidos, abatidos, sin esperanza, porque vivimos de la certeza que nos llega de una promesa: "Y he aquí, yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo" (Mt 28, 20). Estamos llamados más bien a contagiar a los otros con la alegría, a ser optimistas porque anunciamos la vida, la explosión de la vida, la del Cristo Resucitado: "seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria y hasta los confines de la tierra" (Hch 1, 8). Estamos llamados a vivir esto mientras nos encontramos disminuyendo forzosamente de número y con poquísimas vocaciones. Un atento observador de la naturaleza sabe que los colores del ocaso no son menos bellos que los colores de la aurora. Pensemos con serenidad también en la posible desaparición de los capuchinos en cualquier región del mundo, sabiendo que la posibilidad de un fin tal no es una blasfemia. Amemos nuestra provincia con nuestro carisma y vivamos de modo que pueda ser conocido y apreciado. No nos preocupe la idea de morir como persona o como provincia. Nos tiene más bien que inquietar el morir bien, en pie, dejando una huella luminosa.

Anticipar la aurora

Siendo más de diez mil hermanos capuchinos en el mundo tenemos ciertamente la posibilidad de intentar nuevas vías para continuar garantizando la presencia de nuestro carisma también en estas tierras de Europa donde la presencia de los capuchinos está amenazada de muerte. A Roger Schutz, el fundador de la comunidad monástica de Taizé, le gustaba repetir que la función de la vida religiosa es anticipar la aurora. Hoy ser proféticos significa crear fraternidades internacionales e interculturales que practican la globalización con la presencia de blancos, negros y amarillos. No será siempre fácil integrar culturas diversas, pero lo que nos acomuna, la fe y el carisma, es mucho más fuerte que lo que nos distingue.

Personas tocadas por Dios

Estas fraternidades están llamadas a vivir en sociedades que están conociendo una verdadera y propia eclipse de Dios . Tenemos frecuentemente en los labios el nombre de Dios, hablamos de Él a propósito y a despropósito, y nos cuesta darnos cuenta de que en torno nuestro se está creando un vacío. Muchos son los que cada día no están ya en condiciones para percibir a quién se refiere este nombre (Dios) y por lo mismo para ellos está privado de sentido. Me parece que vale la pena retomar una cita de Papa Benedicto, el cual en 2005 afirmaba: "hay hombres y mujeres que a través de una fe iluminada y vivida, hacen a Dios creíble en este mundo. Mujeres y hombres que fijen su mirada directamente hacia Dios, aprendiendo desde allí la verdadera humanidad, Sólo de estas personas tocadas por Dios, puede Dios retornar junto a los hombres" . Indirectamente Papa Ratzinger afirma que Dios tiene necesidad de tales hombres y mujeres para volver a estar con los hombres. Y esto me hace volver a pensar en aquella intuición finísima y sobremanera perspicaz de parte de Etty Hillesum, que prometía a Dios que, de todos modos, le habría reservado un rinconcito en su corazón. Frente al avance del horror nazista, en 1942, escribía: "Te ayudaré, Dios, a no despedazarte en mí, pero no puedo garantizar nada de ahora en adelante. Una cosa, sin embargo, se me hace siempre más clara: que tú no nos puedes ayudar, sino que somos nosotros los que debemos ayudarte, y haciendo esto nos ayudamos finalmente a nosotros mismos. Y esta es la única cosa que en este periodo podemos salvar, y es la única cosa, ésta, la que de verdad importa: un trozo de ti en nosotros mismos, Dios."

"Tú eres santo, tú que habitas en las alabanzas de Israel"

La pregunta hoy es entonces la de si queremos empeñarnos también nuestro de modo renovado en mantener vivo este puesto para Dios en nuestro modo de ser, de vivir y de orar. Últimamente, durante el Sínodo, me impresionó mucho el cuarto versículo del Sal 22, en su dicción latina: "Tu autem sanctus es, qui habitas in laudibus Israel." No me parece que la traducción oficial italiana y otras respeten plenamente cuanto parece ser la versión literal desde el texto hebreo. De hecho, una cosa es decir: "Tú que habitas en las alabanzas de Israel" o bien "Tú estás sentado en trono entre las alabanzas de Israel". "Tú habitas en las alabanzas de Israel" abre una perspectiva de grande responsabilidad y belleza para todos nosotros. En un cierto sentido, por mucho que pueda parecer paradójico, esto quiere decir que nuestro pronunciar el nombre de Dios en la alabanza, no sólo lo alcanza sino que lo hace también vivir, vibrar, aparecer. No existe únicamente el poder de Dios sobre nosotros, sino también un poder nuestro en relación con Él. Literalmente entonces es Dios quien depende de nosotros. Para Papa Benedicto su retorno en medio de los hombres dependerá de personas que se han dejado tocar por Él. En este pista asume nueva luz y urgencia la invitación que San Francisco dirige a todos los oyentes del Cántico: " Load y bendecid a mi Señor, y dadle gracias y servidle con gran humildad" (FF 263) En esto Francisco capta plenamente el primado de la alabanza, aquella que Paul Beauchamp llama la gramática elemental de la plegaria y cuya primera regla consiste en esto: "La alabanza es el inicio y el fin de toda plegaria. La segunda es que la alabanza y la súplica son los dos elementos que, ellos solos, son suficientes para describir la totalidad de la oración."

La tensión
hacia Dios

Rino Cozza afirma en su libro sobre "Nuovi orizzonti per la vita religiosa": "La actual dificultad de la vida religiosa es sobre todo la de responder a la pregunta sobre Dios...El punto de
i partida, pero no menos de llegada, es el de ser reconocidos no por el número de oraciones, sino por la experiencia de oración. San Francisco en la Regla invita a sus hermanos a "desear sobre toda cosa tener el Espíritu del Señor y su santa operación" . Y nuestras Constituciones en el nr. 45,8 dicen: " Deseando sobre todas las cosas el espíritu del Señor y su santa operación, orando siempre a Dios con puro corazón, ofrezcamos a los hombres testimonio de una auténtica oración, de modo que todos vean y sientan en nuestro semblante y en la vida de nuestras fraternidades la bondad y la benignidad de Dios presente en el mundo." . Donde llega a faltar la tensión hacia Dios, todo se marchita! Siendo también nosotros hijos de nuestro tiempo es posible más que nunca que no nos demos suficientemente cuenta de los pasos que se están dando. Me refiero en particular al paso de un régimen de cristiandad, donde las referencias a Dios eran frecuentes y omnipresentes y, precisamente por esto, corríamos peligro de convertirnos en obsoletos, para un mundo que simplemente lo ignora. Todo esto no es sin consecuencias y así vivimos en un tiempo donde aumenta el número de las personas que viven sin referirse a Dios o que no lo conocen en absoluto. Puede darse que todo esto nos haya sorprendido no preparados y por consecuencia acabamos por deplorar este estado de cosas, sin darnos cuenta de que nuestros contemporáneos tienen necesidad de algo muy distinto, es decir de personas que les ayuden a desear Su presencia, a acercarse a Él y hacerse acercar por Él. Creo que para estos tiempos sean más necesarios aquellos que le hablan a Él, que Le cantan, Lo esperan con pasión, que no aquellos que lo predican.

Testigos del primado de Dios

Francisco primeramente se ha dejado evangelizar profundamente y esto lo ha llevado a tener una conciencia aguda de la grandeza y de la bondad de Dios: "Tú eres el bien, todo el bien, el sumo bien!" Su amor por toda creatura nace de la profunda convicción de que toda cosa, animada o inanimada, tiene su origen en Dios. Todo nos es dado por Él y es acogido con cuidado y suma gratitud. De lo que tenemos mayor necesidad hoy en Europa, son fraternidades que viven y testimonian el primado de Dios en nuestra vida. Fraternidades que lo hacen habitar sus alabanzas: "tuyas son las alabanzas, la gloria, el honor y toda bendición!"

Nuestro modo de evangelizar

En este sentido creo que se trate de inscribir todo nuestro intento de renovación en el proceso de nueva reevangelización, donde lo que se ha de privilegiar es la propuesta positiva y no la condenación . Debemos hacerlo juntos. Son necesarios hermanos que no tengan miedo de probar algo de nuevo, que sepan dejar los senderos andados y seguros de un tiempo, para ponerse sobre senderos no pisados todavía, para abrir nuevos caminos. Me parecen bien las parroquias y tantas actividades parroquiales de tipo tradicional, pero de lo que hoy tenemos mayormente necesidad es alguna cosa distinta: fraternidades que testimonien en la simplicidad la belleza del estar delante de Dios para alabarlo y servirlo y que no tengan miedo de ir a los pobres y marginados de nuestras sociedades acomodadas. Si, por el contrario intentamos concentrarnos en primer lugar en actividades pastorales di tipo tradicional, corremos peligro de cerrarnos en un ghetto y servir sólo a los que nos han quedado. En la parábola de la oveja extraviada Jesús no invita a quedarse en espera de que retorne, mas invita a ponerse a buscarla, a hacerse activos. El mismo discurso vale para la búsqueda de la moneda perdida: la mujer enciende la lámpara, barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra (Luca 15).

La colaboración fraterna entra circunscripciones

Antes todavía de haber escuchado los testimonios de cómo están viviendo la dimensión de la internacionalizad las hermanas franciscanas misioneras de María, los hermanos franciscanos de Palestrina y nuestros capuchinos de Clermont Ferrand, ha llegado el momento de entrar de modo más circunstanciado en esta propuesta y de iniciar a precisar sus contornos. Después de algunos años en que hemos dado inicio a aquella que en un tiempo llamábamos "La solidarietà di personale" y que el Capítulo general de hace dos años ha preferido llamar "Collaborazione fraterna fra le circoscrizioni" , diversas circunscripciones, especialmente dentro de la CENOC, estan
experimentando esta realidad: pienso en particular en Austria, Suiza, Alemania, Francia, Bélgica e Inglaterra. También dentro de la CIMPCAP se registran inicios de colaboración en este sentido. ¿Cómo sigue la experiencia? Discretamente bien, pero es también claro que se encuentran algunas dificultades debidas en primer lugar a la diferencia de mentalidad y de prácticas pastorales. Se dice además que las expectativas de quien ejerce en Europa para insertarse en una nueva realidad, las más de las veces son diversas de las de aquellos que acogen a estos hermanos. No hay que infravalorar tampoco el conflicto generacional en cuanto que el que acoge se halla condicionado comúnmente por la edad avanzada, mientras que el que llega a nosotros desde otros continentes es muy joven. De los hermanos venidos de fuera se exige que aprendan, y bien, una nueva lengua, que adquieran familiaridad con mentalidades nuevas y también con modos diversos de vivir nuestra vida capuchina y de practicar la pastoral.
En general somos mucho más exigentes en pedir espíritu de adaptación a los que vienen de fuera, que no a aquellos que acogen. Se ha dicho muchas veces que los hermanos venidos a Europa en el ámbito de la colaboración fraterna no deberían ser considerados a modo de tapagujeros. Esto es ciertamente verdadero pero no siempre es interpretado de modo correcto. Tras esta afirmación se esconde la expectativa de que estos hermanos estén en condiciones de proponer y promover proyectos nuevos, proyectos que ni siquiera nosotros hemos sido capaces de formular y mucho menos de realizar. Me parece natural que en un primer tiempo, una vez aprendida suficientemente la lengua, estos hermanos sean introducidos en un tipo de trabajo pastoral más bien tradicional como la celebración de los sacramentos, la pastoral de los enfermos y e otros grupos. Y me parece también deseable que, según la necesidad, ellos se dediquen a los fieles provenientes des sus países de origen, que no encuentran una atención adecuada de parte de las Iglesias locales. De todos modos, nuestros hermanos venidos de fuera se dan cuenta con bastante rapidez que la práctica pastoral aplicada en sus países de origen no recibe la misma respuesta en el ámbito en que son llamados a trabajar hoy. Queda ciertamente mucho que hacer para lograr una mejor integración reciproca, y también puedo afirmar que estas primeras tentativas están cargadas de esperanza.

La demanda de poder asumir el cuidado de parroquias

De frente a las dificultades experimentadas hasta ahora en el ámbito de la colaboración entre circunscripciones y en el intento de encontrar nuevas posibilidades para lograr que las propias circunscripciones sean financieramente independientes, desde diversas partes, especialmente desde la India y Madagascar, se ha hecho insistente la demanda de poder asumir como propio el cuidado de parroquias en Europa. Hasta hoy la respuesta de parte mía y del Consejo general ha sido negativa, pero nos damos perfectamente cuenta de que estamos llamados a encontrar soluciones que permitan a nuestros hermanos indianos y malgascios hacer esta experiencia y que esta tiene necesidad de un cuadro jurídico compartido por todas las partes interesadas, en modo particular también de parte de las circunscripciones en cuyo territorio se establecerían estos hermanos nuestros. Concretamente se trata de ver si intentamos inserirlos en el ámbito de la "Colaboración fraterna entre la circunscripciones" o también considerar su situación como casas de presencia dependientes directamente del Ministro provincial que los envía.
Considero interesante referir aquí un hecho concreto. Un hermano de la Provincia de San José en India ha declarado la disponibilidad de su Provincia para asumir responsabilidades parroquiales de parte de los responsables de la diócesis de Friburgo in Brisgovia en el sur de Alemania. Con esto, a nombre del arzobispo se envía una carta al ministro provincial, afirmando que la diócesis estaba interesada en primer lugar en el hecho de que un grupo de hermanos tomara en mano uno de los lugares dejados por los capuchinos o por otros religiosos para garantizar así la continuidad de presencias religiosas consideradas particularmente importantes para la vida de la diócesis. Me parece interesante hacer notar cómo en este caso el obispo diocesano hace una propuesta dirigida a mantener presencias de comunidades religiosas que garanticen un tipo de presencia, y alude realmente a la asunción en propio de la responsabilidad para una o más parroquias.

Fraternidades interculturales

Por mi cuenta la colaboración fraterna entre las circunscripciones debe continuar y consolidarse con el tiempo, pero estoy también convencido e que estimo llamados a probar todavía otros caminos. No basta implicar a nuestros hermanos indiano para dar oxigeno y nueva esperanza para la presencia capuchina en Europa, en vez creo que es en primer lugar Europa misma la que debe movilizarse. Es verdad que también entre nosotros, de país a país, de provincia a provincia, hay muchas diferencias, pero creo que en este momento estamos llamados a fijarnos decididamente sobre un proyecto común de evangelización que vea implicados a hermanos de todas las circunscripciones europeas además de hermanos provenientes de los continentes donde las vocaciones son abundantes. Hoy es más fácil motivar a un hermano joven italiano (pero podría hablar también de otros países) a comprometerse en un proyecto de nueva evangelización en Europa que proponerle partir como misionero para la China o para cualquier País africano. Esta disponibilidad es valorada plenamente a fin de realizar alguna cosa nueva para Europa. Oiremos mañana qué está sucediendo en Clermont Ferrand y escucharéis que es posible vivir juntos con total simplicidad hermanos franceses de distintas edades con hermanos provenientes de Italia. Estas fraternidades deberán, como decía arriba, concentrarse a vivir una vida simple, centrada sobre lo esencial y a ser ante todo lugares donde se viva y se testimonie la tensión hacia Dios en modo simple y gozoso. Tenemos necesidad de fraternidades que testimonien que es posible vivir juntos incluso proviniendo de contextos culturales muy diversos y creo que de esto nuestra Europa tenga urgente necesidad. Lo digo sobre el trasfondo del crecimiento de los partidos de signo xenófobo en muchos de nuestros países. Hoy somos capaces de fijar en un chip microscópico una infinidad de informaciones, pero no somos capaces de garantizar paz y justicia para todos en todas partes. Esto debe movilizarnos a dar el testimonio que en nombre de Jesucristo y de San Francisco de Asís, esto es posible ante todo entre nosotros y luego en los ambientes donde vivimos.

Premisas

Per realizar un tal tipo de proyecto evangelizados deben darse algunas condiciones fundamentales:
1. La primera premisa consiste en el sentido de responsabilidad fraterna de todos en relación con todos como hermanos capuchinos.
2. Se quieren circunscripciones que estén dispuestas a acoger este tipo de proyecto con una adhesión convencida. Ellas deberán indicarnos los lugares donde estas fraternidades podrán instalarse, posiblemente en el corazón de las ciudades.
3. De parte de todos se exige la disponibilidad para superar el provincialismo para adoptar una visión más amplia, siendo conscientes de que somos llamados todos a contribuir a la realización de este proyecto de evangelización como capuchinos.
4. Además la realización de este proyecto dependerá de la capacidad de renuncia por parte de todos, renuncia que deberá traducirse prácticamente en acelerar los procesos de redimensionamiento dentro de las varias circunscripciones.
5. De alguna parte deberemos disponernos a morir como provincia y a aceptar que nazca alguna cosa nueva, porque no se trata ya de salvar instituciones, sino de comenzar desde el principio, sin entrar por ello en competición con cuanto existe todavía.
6. Preparémonos a poner a disposición a los hermanos mejores, personas capaces de vivir relaciones maduras y que no temen cimentarse en un proyecto exigente.
7. Preveamos además, si necesario, un estatuto particular para estas fraternidades, haciéndolas depender directamente del ministro general y su consejo.
8. Creemos una equipe que acompañe a estas fraternidades y las ponga en estrecha relación entre ellas.
9. Preveamos además nuevos caminos de formaciones para los que pedirán abrazar nuestra vida a partir del encuentro con estas fraternidades.

Conclusión

Creo que haya llegado absolutamente el momento de atreverse a alguna cosa de nuevo y de ponernos en camino con mucha confianza. Me satisface poder decir que consagraremos la jornada de mañana a conocer proyectos que ya van en esta dirección y tendremos también la oportunidad de adentrarnos mayormente en la temática de cómo la secularización está marcando fuertemente el Continente europeo. Puede suceder que nos sintamos como los tres pastorcitos de Fátima en el momento en que se les apareció la Madonna y les confió una misión. Quién sabe cuanto temor, y sin embargo la cumplieron, y nosotros estamos precisamente y en primer lugar gracias a su coraje.
El icono que debe inspirarnos es el de la joven mujer de Nazaret, que al saber del ángel Gabriel que su pariente, en su vejez, había concebido un hijo, se levantó y fue de prisa a la región montañosa a una ciudad de Judá para estar con ella unos tres meses. En nuestro caso se tratará de partir con el mismo entusiasmo y la permanencia se prolongará ciertamente bien más de tres meses!

Fatima, 2 diciembre 2014
Fray Mauro Jöhri,
ministro general ofmcap


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Modificado por última vez el Jueves, 08 Enero 2015 09:21